jueves, 6 de octubre de 2011

30 años 30 Lecciones: El trabajo remunerado no define su vida, define su labor por unas horas del día; nada más.

Trabajar es una bendición, siempre lo ha sido y siempre lo será. Además que el trabajo honrado dignifica al ser humano porque lo hace productivo, le permite contribuir en su desarrollo y en el de quienes le rodean, especialmente su familia. 

No obstante, una de las cosas que si me ha quedado claro con el pasar de estos años es que el trabajo que uno realiza no lo define a uno como persona; es decir, hay muchas más esferas en una persona más que su labor.

Recientemente estuve hablando con una joven que me comentó que ella veía a sus profesores como sujetos que llegaban a impartir una clase X y que se iban, es decir, no había contemplado que detrás de cada uno de ellos hay una historia, una familia, una vida con sueños, metas, frustraciones y anhelos.

En la misma línea, hace unos cuantos años, cuando estudiaba en la universidad recuerdo que una compañera tuvo que hacer un trabajo sobre psicología laboral con hombres que trabajan en el sistema de alcantarillado, posiblemente uno de los trabajos más sucios y asquerosos ya que tiene que ver con el sistema de cloacas. Estos hombres comentaban sobre sus experiencias, en muchos casos insalubres, y como habían necesitado que les mejoraran sus condiciones para que su trabajo fuese digno; tan complicada había llegado a ser la situación que muchos de ellos no le contaban a sus parejas la realidad de su labor, por sentirla muy humillante.

A ciencia cierta ese trabajo en realidad resulta desagradable, sucio y eventualmente muy riesgoso, no obstante era un trabajo honrado, pagado y que daba de comer a ellos y sus familias, es claro que sus condiciones de salud y vida debían mejorar y hacía eso se enfocaba la labor de mi compañera; no obstante, el principal problema es quedarse con la idea que esa labor es lo que los define como personas.

Al médico no lo define la medicina ni la gabacha, al mecánico tampoco sus herramientas y mucho menos al chancero la suerte; esas son las labores que se realizan por un tiempo determinado del día; porque igual el médico se enferma, al mecánico se le dañan sus aparatos y el chancero no siempre gana la lotería. 

Es cierto que el trabajo que se hace puede ser de mucho agrado y otorgar grandes satisfacciones, pero también es cierto que todas las personas tenemos muchos más campos de acción que el laboral.

Dentro de estos campos cito un ejemplo que me impacta por su gran labor, es el primer anciano de la iglesia a la que asisto, es un hombre laborioso que su trabajo es de conserje en una institución pública en Costa Rica; no obstante este hombre tiene un conocimiento sobre salud y sobre la Biblia que tanto médicos como pastores y sacerdotes en muchas ocasiones carecen. ¿Qué hace que este hombre conozca tanto? Es un asiduo lector y además su carácter como persona no lo define su trabajo remunerado, lo define variables más importantes para él, como el deseo de  ser una persona integra, espiritual, servicial y honrada, por ende quienes le conocen le guardan mucho respeto y cariño.

El trabajo pagado representa alrededor de un tercio del día, es decir no es la mayor parte de mi vida ni de la suya. Yo he decidido primero ser una persona integra, con diferentes campos de acción dentro de los que incluyó mi labor como psicólogo, como educador, como formador, sin embargo no estoy ejerciendo mi función como psicólogo todo el día, sería poco sano y como dijo una vez un amigo: “por eso se cobra”.

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