Quiero iniciar este post con la siguiente aclaración, no soy católico, no creo en los santos como los define institución católica y no creo en la forma que se denomina a una persona santa en el catolicismo. Quienes me conocen saben que tengo muchas muchas reservas con la institución católica; sin embargo si creo en los milagros.
Recientemente Costa Rica ha estado en la boca de muchas personas por aspectos negativos sobre su gobierno y asuntos bastante deplorables, sin embargo en estos días también se ha difundido a Costa Rica debido al segundo famoso milagro que se le atribuye al antiguo líder de la religión católica, Juan Pablo II, ya que dicho milagro le sucedió a una costarricense.
Ahora, ¿por qué creer en los milagros?
El hecho de la sanidad de esta señora no lo pongo en duda, inclusive ella ha sido bastante clara en que es su fe en Jesús, y no tanto en la figura de un hombre lo que le trajo la sanidad; es decir creo firmemente que está señora si fue sanada por su fe y por la misericordia de su Creador.
Ahora, esto abre mucho espacio para escepticismo, sin duda alguna, y siendo completamente claro siempre habrá gente escéptica, no importa cuantas pruebas milagrosas, intangibles o inexplicables tengan siempre tendrán la necesidad de no creer, ya sea por dudas (que para mí es válido) o simplemente por la innegable necesidad de llevar la contraria para tener una sensación de pseudo autonomía y control de todo lo que es considerado real, entendido como tangible.
Pero para creer en un milagro se requiere fe, y honestamente creo que todos tenemos fe, desde que tendremos un mejor mañana (o peor, para muchos) o que nuestros ahorros o seres queridos seguirán ahí al despertarnos. No obstante, para creer en un milagro se necesita algo más y aquí es donde reside el foco de mi invitación del día; para creer en los milagros se necesita validar lo sobrenatural y reconocer que hay mucho de este mundo que no entendemos y que no llegaremos a entender (lo que no descarta la investigación y querer escudriñar lo más que se puede).
Finalmente y para no extenderme, no le resto valor al no creyente, al que duda por una u otra razón sobre la veracidad o no de un milagro, en particular la sanación de la señora por la que van a declarar santo a Karol Wojtyla, pero si quiero dejarle un cuestionamiento para aquellos que no creen y que han puesto tela de duda sobre la sanación de esta señora. Para comprobar la sanidad de esta persona varios médicos(y otros profesionales) tuvieron que evaluar y reevaluar las condiciones de salud de ella y ahora llegar a confirmar que de un estado de enfermedad con un pronóstico negativo, ahora la señora está sana y con mucha más vitalidad que otras personas más jóvenes. ¿pondría en juego usted su carrera profesional, su prestigio y todo lo que ha alcanzado para afirmar algo así, algo que no tiene explicación más que una intervención sobrenatural a la cual su razonamiento y conocimientos no tiene explicación?
Esa pregunta me hace recordar inevitablemente una conversación en una de mis películas favoritas cuando Jules quiere que Vincent reconozca un milagro, al final Jules gana el argumento ;)